miércoles, 10 de abril de 2013


Antes de lo digital...
 


Proceso de creación del videolit "Minuto Haikú"

El módulo 3 del curso de Especialización en Lectura y Didáctica de la Literatura y TIC, perteneciente al Máster de Literatura en la Era Digital de la Universidad de Barcelona, se ha presentado desde el inicio como un camino de exploración y creación, siendo la palabra “videolit” la que ha sugerido y desarrollado toda esta trayectoria. Personalmente y antes de iniciar el módulo, no tenía referencia alguna sobre lo que podía ser un videolit, más allá de lo que marcaba la propia palabra, una contracción entre video y literatura. No obstante, ese combinación me llenaba de ambigüedades. Los links[1] facilitados por Aleix Cort y Cori Pedrola dieron respuestas sólidas ante una construcción transversal y multidisciplinar que se definía como una cápsula audiovisual construida a partir de un texto literario, y conformada por palabra, imagen y sonido.
Parecía ser que el concepto quedaba claro. No obstante, en el momento en que uno se dispone a la creación de un videolit, inevitablemente  vuelve a esa definición pero de forma diferente, intentando esta vez ubicar el proceso de creación entre todos los elementos que componen su descripción.
En este sentido fueron claves las lecturas que me ayudaron a profundizar en las relaciones morfológicas existentes entre palabra e imagen, leer y mirar, sostenida por una larga tradición en la que se vincula la historia del arte con la cultura y el comercio. La Antigüedad y la Edad Media ofrecen ejemplos de poemas visuales y manuscritos miniados, y posteriormente y a partir de las aportaciones de Mallarmé regresa la palabra en su condición de forma: “la escritura no sólo se puede leer, sino que además puede ser vista[2]. De la misma manera, las imágenes se pueden leer, desplomándose los límites rígidos entre las diferentes artes para mostrarse indeterminados, inestables y en constante movimiento.
Las vanguardias aproximan el espacio visual y el textual, experimentando con la tipografía y la vulneración de la linealidad de la escritura tradicional, y sirviéndose a la vez de la recién aparecida fotografía. La Edad Moderna ofrece con todo ello un sinfín de creaciones sumergidas en la diversidad de relaciones que pueden establecerse entre palabra e imagen: “graffitis, las palabras sueltas de los cubistas, tipografías del constructivismo ruso, collages y fotomontajes de dadaístas y surrealistas, palabras con valor visual del letrismo, tachismo, iconos del pop art, archivos y documentos del arte conceptual, del land art, juegos fluxistas,…”[3] Con las nuevas tecnologías el proceso de creación se facilita, a la vez que aumentan las posibilidades creativas (poesía digital, e-poetry, poesía hipertextual,…) que se sostienen sobre conceptos como remediación, transversalidad o écfrasis.
Además, fue de gran ayuda los visionados de otros videolits disponibles en red. La comprensión de cada una de sus partes, junto con aquello evocado por el conjunto muestra el movimiento generado en el proceso de significación, comprensión e interpretación del fenómeno literario como semilla creativa que es, y que a la vez genera una nueva obra a través de las herramientas digitales y de la expresión audiovisual, reflejando la propia realidad en un proceso de apropiación de la realidad del otro.
Creo descubrir que fueron dos videolits los que me tocaron especialmente:

 
1.     “Der Panther”[4]
 

 
La obra original es el poema “Der Panther” de Rainer Maria Rilke.
La estética animada, con un predominio de las siluetas, llamó mi atención desde el primer momento por su sencillez y por su gran fuerza expresiva. En el breve comentario de presentación del videolit, los autores reconocen su fascinación por la películas de Lotte Reiniger, cuentos e historias infantiles hechas con siluetas. Fue una sorpresa muy agradable reencontrarme con Lotte Reiniger, pues ya hace años despertó también mi fascinación al conocer su técnica de trabajo y sus obras. “Der Panther” retoma la sencilla expresividad de las siluetas y añade  técnicas de animación digital.
El personaje del videolit es una pantera rodeada de barrotes. Mira sin comprender, teñida su mirada de melancolía, evocando en un ensueño su propia naturaleza, pero el retorno se impone y regresa a través de la circularidad de su ojo al circuito de la jaula rodeada de barrotes.
Puede ser que de esta pantera tomara el único personaje que aparece en mi videolit, en una búsqueda de sentido que parte también del concepto de espacio: trasladar el sentimiento animal, al sentimiento humano. Tal como la pantera, muchos seres humanos se sienten en contextos ajenos a su naturaleza, a su hogar. Y de aquí surge la libertad relacionada con ese espacio sin límites que es la selva, o que es el universo como imagen opuesta a lo que encierra o limita.

 

2.     Haikú 14”[5]

 



La obra original es un haikú de Jorge Luis Borges. Me gustó, ante todo por la intensidad de su brevedad y me interesó enormemente toda la página creada por Angélica Agiss. Descubrí más sobre el haikú y encontré la forma poética que iba a usar para la creación de mi videolit, aunque prescindiendo de su esquema silábico tradicional. Recordemos diferentes definiciones de haikú:

-        “El haiku, hasta donde yo lo entiendo, es meditación; esto quiere decir que descubre la    
           maravilla de la vida en un instante de observación y concentración unipuntual de la  
           naturaleza.” [6]

-        "Jaiku es simplemente lo que está sucediendo en este lugar en este momento."     Basho

-        “-¿Haikú? ¿Qué es eso?
           -Instante detenido, inmortal visión.”
     Jorge S. Luguín    
 
Me interesa su brevedad, ese aspecto meditativo recogido por el instante, llegando a dialogar con el devenir inabarcable de la existencia.
Pero además, uno de los textos encontrados en la página de Angélica Agiss reclamó mi atención de forma especial. Se trata del artículo “¿Qué es la literatura fractal?” de Pablo Paniagua. El artículo centra su atención en el concepto de fractal, encontrándose en el mismo origen y evolución del Universo: “Millones de estrellas y planetas en expansión, donde con ellos también se propagan el tiempo y el espacio, cuando nuestro mundo, nuestro planeta y nosotros, somos una minúscula partícula de todo ese entramado, de tal modo que nos encontramos, como individuos, en un mega-sistema de semejantes características.” [7] Como literatura fractal se entiende cualquier escrito que manifiesta similitudes con los objetos fractales. Se considera a Frank Kafka y a Jorge Luis Borges representantes de esta forma de generar literatura, tal y como se muestra en el videolit creado a partir del haikú de Borges.
Si “el hombre, a fin de cuentas, es un elemento singular dentro de un Universo fractal, que debe estar en armonía con su entorno por el hecho de pertenecer a él y por ser consciente de ello” [8], tal y como se dice en el El Manifiesto del Fractalismo de Eva Neuer, ¿cómo pueden entenderse los mecanismos limitantes impuestos por el poder gobernante? Inmediatamente, todo artificio que contradice esta perspectiva cae en el absurdo. A través de estas reflexiones encontré el tema que iba a sostener mi propio haikú, trabajando la oposición entre lo limitado artificial y lo ilimitado natural:  
 
 “¿Dónde ese lugar
    de ninguna parte
    que es mi casa?"
 
Acogiéndome a la brevedad, quise ceñirme a un minuto de narración, y de ahí surgió el título del videolit “Minuto haikú”, como elemento paratextual que quiere evocar las primeras tomas cinematográficas conocidas como “Minuto Lumiére”. Una mezcla entre las películas de cine mudo y las películas de Lotte Reiniger me sirvieron como plantilla desde donde trabajar la edición de las imágenes  escogidas: una neblina azulada, creada en photoshop; un ventanal gótico y  reconstruido con photoshop, dos fotografías de la misma mujer, una con los ojos cerrados y otra con los ojos abiertos, para crear un movimiento de parpadeo; y varias imágenes de agujeros negros. La música escogida quería ser narrativa y despreocupada, y que a partir de cierto instante se abriera a  la interrogación. Por ello, y a partir del momento en que se lanza la pregunta, se añade a la música un ruido del traqueteo de tren que quiere significar el constante viaje de la existencia. A partir de aquí, se inició el montaje con premiere.
En el inicio del videolit, la imagen que contiene la neblina azulada y que va a iniciar la narración, aparece empequeñecida y reproducida varias veces. Siguiendo el ritmo de la música, mengua el número de reproducciones hasta que una única imagen ocupa la pantalla. Si leemos estas imágenes, podríamos iniciar la narración de la siguiente manera: “Sucedió en un lugar, como podría haber sucedido en otros muchos lugares…” Ese lugar resulta ser una edificación de sólidas paredes, presentándose ante nosotros uno de sus ventanales, como lugar de contacto con el exterior. Conocido el lugar, quiere presentarse al personaje: una mujer, la misma que vive entre esas gruesas paredes. Y su acción: mira a través de una ventana. Nos acercamos y percibimos su parpadeo, dirigiendo su mirada en dos direcciones: una cerrada, hacia su propio interior; la otra abierta, hacia el cielo infinito. Este parpadeo quiere recrear una acción reflexiva, lanzando a través del haikú el pensamiento de un instante. De ahí, el salto espacial es enorme, y aparece la respuesta dentro de la representación de un Universo en expansión fractal. En este salto, del espacio cerrado y artificial, al espacio abierto y natural, aparece la extrañeza que impulsa la pregunta.
Aquí dejo el resultado.
 
 
"Minuto Haikú"
 








[8] Ibídem
 

lunes, 8 de abril de 2013



"Lo mismo, pero con diferentes palabras"

 



 

Diccionario mínimo del actor  -  Jaume Melendres


Opacidad
  • Se entiende por opacidad el estado físico que han de conseguir los actores. Únicamente los cuerpos opacos reflejan la luz.

Conciencia Corporal
  • Capacidad del actor para saber hasta que punto controla cada parte de su cuerpo durante la ejecución de un gesto, de un desplazamiento o de una emisión de voz. Esta es la capacidad admirada por Diderot: "Ahí reside el misterio: el que un ser humano pueda considerarse y tratarse a sí mismo como a la materia de su arte, actuar sobre sí como sobre un instrumento al cual está obligado a identificarse, sin dejar por eso de distinguirse de él: actuar sobre sí mismo y ser el actuante, hombre común y marioneta."
  • Estas extraordinarias palabras han provocado, y todavía provocan, virulentas reacciones entre muchos actores y actrices, porque en algo cercano a una apología del actor emocionalmente castrado en el escenario y, por extensión, en la vida real, olvidando que, tal y como dice Otomar Krejca, "la personalidad del actor empieza allí donde se acaba su personalidad." O que, en palabras de Jouvet, "a vosotros, actores, os hace falta preocuparos por la impersonalidad porque la existencia del personaje es superior a la vuestra."
 
Presencia escénica
  • Capacidad que tienen algunos actores para llamar constantemente la atención del espectador, de tenerlo fascinado, incluso cuando en apariencia no hace nada. Suele considerarse una gracia casi divina, concedida a algunos y a otros no. Los actores que la poseen son los primeros interesados a difundir esta falacia, precisamente para evitar que sus competidores apliquen el elemento principio técnico en que se basa esa presencia, enunciado por Zeami en su teoría de las Siete Décimas y estrechamente conectado con el proyecto de Meyerhold, es decir, con la capacidad de mantenerse constantemente "a punto para la acción".

El espacio del sonido, el tiempo de la mirada

Video sobre la exhibición de 1999.



Modos de ver  -  John Berger

Episodio 1: Aspectos Psicológicos





Episodio 2: La mujer en el arte





Episodio 3: Coleccionistas y coleccionismo





Episodio 4: Arte Comercial